jueves, 28 de enero de 2021

 

LA ESPAÑA ETERNA

L15/10/2019 - 21:58h

Tribunal del procés durante el juicio

No por esperada, la sentencia del procés a los políticos independentistas catalanes es menos demoledora. En varios sentidos. Hay uno general que nos cae como una losa a todos, de punta a punta del país: saber que en las decisiones de poder, España siempre derrapa por el mismo sesgo, o siempre carga del mismo pie. Es una mezcla de autoritarismo, involución y torpeza que no mejora con el tiempo y el desarrollo. Pedro Sánchez y su gobierno vinieron a demostrarlo este lunes, cuando a las 8 de la mañana, empezaron a tuitear una campaña, en varios idiomas, contando que España es una democracia consolidada. ¿Se imaginan algo igual en cualquier parte del mundo civilizado? ¿Les cabe en la cabeza que Francia, Alemania, el Reino Unido, Portugal... hicieran esa proclamación que nadie les pide? La pluma del complejo asomaba con sonrojante desmaña. Y el martes le dan otra vuelta de tuerca contando lo felices que son los extranjeros en España. Aunque no incluyen a los que trepan por las vallas con púas de Ceuta y Melilla.

La Sala de lo Penal del Supremo se puso a opinar sobre sus decisiones, lo que parece fuera de lugar en su cometido, al decir de algunos expertos. Pero lo que sí dijo sobrecoge. Los líderes independentistas hicieron "un simulacro" que engañó a los ciudadanos. Un simulacro. Y eso está penado con entre 9 y 13 años de cárcel. A Carme Forcadell, como presidenta del Parlament, la sentencian a 11 años y medio de cárcel porque tuvo la responsabilidad principal a la hora de aprobar "el cuadro normativo" inconstitucional que creó una legalidad paralela e hizo posible todo lo demás. Primer caso en la historia democrática de condena por presidir la aprobación que un tribunal penal considera anticonstitucional. Cuesta seguirlo. Los 'Jordis' "alentaron a ocupar los colegios" y a "impedir la actuación policial" el 1-O con sus tuits y declaraciones. Con sus tuits. Personas especialmente pacíficas como valora la propia sentencia. Parece una pesadilla pero es cierto. No hubo ni violencia organizada, ni rebelión, ni secesión, ni golpe de Estado. El Supremo aplica la sedición, como explica Ignacio Escolar, una figura penal de origen autoritario y que no aparece como tal en buena parte de las legislaciones europeas. 

El Supremo, además, nos obsequia con una teoría sobre la desobediencia civil que convierte en sedición cualquier protesta. Lejos de derogar las leyes y códigos mordaza con un gobierno declarado progresista, se da un recorte a las libertades civiles francamente preocupante. 

La España eterna bulle en este marco. No deja de ser curioso repetir innecesariamente –en apariencia- elecciones justo cuando se esperaba la sentencia del Supremo y en los duros términos que ha sido rubricada. Se preveían las consecuencias que iba a provocar.  Fue una sentencia tan anunciada que todos tomaron posiciones. Para sacar provecho en varias de ellas. Pablo Casado confirma la afirmación de, entre otros, Oriol Junqueras: No es justicia, es venganza. Ofende oír al presidente del Partido Popular decir que “quien la hace, la paga”, conociendo la historia de corrupciones e impunidades de su partido. Y pedir un cambio en la tipificación de los delitos para que se ajusten a su voluntad.  Por la misma línea andan sus correligionarios.  La afición de la derecha –desde el centro derecha a la extrema derecha- a legislar según sus apetencias parece ser endémica.

Las reacciones han sido las esperadas. Disturbios, represión policial, heridos, tensión. Con una amplia cobertura mediática, con retransmisiones dramatizadas en directo, culpabilizaciones al gusto. A protestar no salen solo los independentistas sino los agraviados por unas "sentencias despiadadas", según las calificó textualmente el periódico francés Liberation. "Encarcelamientos draconianos" que "avergüenzan España", según el editorial de The Guardian. Lo son.  

No olvidemos que la violencia la vimos en la represión de octubre de hace dos años. Los españoles con los ojos abiertos y el mundo entero escandalizado por mucho que la vistan de no se sabe qué modernidad en campañas de lavado. Es como reacciona la vieja España, la que no arranca al progreso pasen los años que pasen.

Luego están los que se atrincheran en odios y rencores, ideas preconcebidas,  y ese destructor "A por ellos" con el que se llenan las tripas muchos de quienes tienen el cerebro vacío. Un sector de la sociedad que no cree en la democracia, hemos de ser conscientes de ello, de esa gravísima realidad en la que vivimos.

Como aragonesa, descendiente de la Corona que compartimos en la Edad Media nada menos, sé desde niña que "el problema" catalán no nació ayer. La identidad catalana es una aspiración muy arraigada; abochorna ver cómo la simplifican. Fue el rey Borbón Felipe V quien, vencedor en la Guerra de Sucesión contra la Casa de los Austrias, suprimió en los Decretos de Nueva Planta leyes e instituciones de varios territorios, fundamentalmente los que componían el reino de Aragón (entre 1707 y 1716). Como harían Casado, Rivera y Abascal ahora mismo, y quién sabe si alguno más. Y es esa pugna lo que alimenta votos. En ciertas personalidades, las dignidades y patriotismos auténticos no dejan de ser una presunción.

En esa progresión del uso de los sentimientos de muchos catalanes, Rajoy se aplicó a fondo y logró que el independentismo catalán se triplicara con creces pasando del 15% al 48% en una década. Más poder para aquello que hagan cuando están en los gobiernos. Artur Mas también lo utilizó, creyendo que los miles que salían en la Diada lo hacían por él. Unos más, otros menos. Ahora, a toda máquina con nuevas elecciones a la vista.

Una cuestión, discrepancia, aspiración, llámenle como quieran, que sin duda habría que resolver de una vez por cauces políticos. Es un tema muy dificil, de ahí, los años, los siglos que lleva sin resolverse. Lo piden jueces progresistas, cualquiera con dos dedos de frente y todos los de las dos manos de demócrata. Por supuesto que no se puede declarar la independencia sin más. Para eso era necesario un referéndum con todas las garantías. Con luz y cámaras, que los taquígrafos son ya de los siglos de los que no nos dejan salir. Con libertad. Negociando. Pero había que sacar tajada. Y hay que seguir en esa tarea que da beneficios. No precisamente de los más limpios.

La sentencia, con todas las dudas que ofrece, ha ahondado las heridas en multitud de catalanes. "Casi la mitad no quieren seguir en España. Más de dos tercios de ellos quieren votar. Una mayoría absoluta –superior al movimiento independentista– cree que el juicio no ha sido justo y que los presos deberían estar en libertad", informa el artículo del director de Eldiario.es.

El caso es vivimos en una Europa, organizada en Unión, que cierra los ojos hasta a genocidios. O en una España que viene usando las poltronas de gobierno para intereses particulares, incluidos los saqueos de las arcas públicas. Una que soporta la degeneración de instancias esenciales para la democracia, amiguismos, privilegios, trapicheos sin fin. Con una parte de la sociedad que se ciega como si le pusieran la bandera por capote –como hacen algunos especímenes en su delirio-.  

Todo eso y más pasa. Incluyan la estupefacción, el dolor de ver que, de las dos Españas, casi siempre lleva las riendas la misma. Así pasen los días, los meses, los años, las décadas, las centurias. Y en ese marco, unos políticos van a estar años encarcelados por hechos que en nada se parecen a los auténticos destrozos de la convivencia. Nos dicen, en la típica trampa española, que pronto saldrán con permisos, que hasta podrían ser indultados por las leyes catalanas -que por cierto los políticos de la amplia ala ultra querrían cambiar también-. Pero no, la justicia exonera. Sus familias merecen esa justicia. Entre rejas y con estigma de condenado sin haber usado –que lo vimos-  la violencia que la injusticia insoportable aplica. Siempre que los Tribunales superiores, europeos, no le pongan remedio. Que por algo se hacen "promos" en idiomas foráneos. O que la política de verdad, limpia y abierta, se decida de una vez a buscar una solución.

 

 

La libertad de expresión de los fascistas

Demócratas teóricos, henchidos de irrealidad, defienden el derecho a la libertad de expresión de los fascistas que no es tal sino el derecho a la siembra del odio y la mentira y a destruir la democracia

(diario.es. 28-01-201

miércoles, 30 de diciembre de 2020

 

Mujeres.-Lo que se decía como hecho dominante.

En los siglos XVII y XVIII

Rousseau”.-Una mujer sabia es un castigo para su esposo, para sus hijos, para todo el mundo”

 Kant.- “el estudio laborioso y las arduas reflexiones, incluso en el caso de que una mujer tuviera éxito al respecto, destrozan los méritos propios de su sexo”

 Locke.-Ni los animales ni las mujeres participan de esa libertad, sino que tienen que estar supeditados al varón.

 En el fascismo de Franco

 Hay un álbum que recoge las burradas de la época, todo el machismo del franquismo.( He aquí la esclava del señor)

 Algora Gorbea(doctor).—“La mujer casada que no quiere caer en las aberraciones del onanismo, ni que su esposo caiga  tampoco en el mismo vicio, no debe negar nunca a su marido el débito conyugal, y para ello le favorece la estructura especial de sus órganos, que no necesitan preparación ni la presencia siquiera de deseos para efectuar el coito”

 Francisco Peiro SJ..-“ En general, todo trabajo que requiere teoría, reflexión, firmeza de juicio, espíritu de iniciativa y de empresa es incompatible con la mujer·”

 Alberto Pedrosa.-(escritor).- “ Si conseguís establecer una especie de telepatía- a la hora en que penséis lo que tenéis que hacer para comer- entre vuestros pensamientos y los del marido: es decir, que si el hombre, allegar a casa, al mediodía o a la noche, encuentre en la mesa el plato en el que había pensado con ilusión unos momentos antes sin decírselo a la esposa, entonces habréis adelantado mucho el camino de la felicidad”.

 ( el álbum tiene un sinfín de estupideces de ese tenor)

La mujer empieza a emanciparse a partir de la Revolución de mayo del 68 en Francia,.Hoy ya imparable en occidente aunque en España se vaya con años de retraso y mucho mas en latinoamerica..

En los países musulmanes siguen en esclavitud.

 Hecho el 2 de noviembre de 2019

 

PATRIA Y PATRIOTISMO

 

Ser patriota es estar convencido que el país en que se ha nacido es superior al resto de países solamente por eso, por ser el país en que se ha nacido. Dicen los cortos ( Bernard Shaw)

(Así tenemos a aquel que le dijeron eso del “vigía de occidente”) 

 Cualquier imbécil execrable que no tiene en el mundo de que pueda enorgullecerse  se refugia en el ultimo recurso de vanagloriarse de la nación a la que pertenece por casualidad (Schopenhauer)

 El patriotismo es la disposición de matar por razones triviales, porque defienden un supuesto amor que en realidad no existe, es una gran frivolidad además de una profunda indecencia (B. Russel)

( ya hemos visto lo que quedó de patriotismo de Hitler y los nazis)

 El patriotismo dio lugar al golpe de Estado del  en España, con la ayuda de los nazis alemanes y los fascistas italianos de Mussolini acabaron con la democracia española. Es el patriotismo español el que hizo añicos España. Esos que llaman la “unidad de España” lo que quieren es romperla y despreciarla, saquearla y demolerla..( Es el discurso de la derecha con eso de Patria y patriotismo, arraigado más en la ultraderecha de VOX=)

 

hecho en madrid a 2 de noviembre de 2019

 

Gala, Antonio:- (1996-2004)

1.       Da la impresión que este país está gobernado por una colección de tontos que se han reunido para jugar a algo, a las cartas o al dominó, y no saben las reglas. La verdad es que estamos gobernados por una pandilla de gilipollas.

2.       Hay una cosa que no se puede consentir: no se puede pasar hambre.

3.       Pedro J. Ramirez ha dado un paso atrás y ya no me pone los domingos (El Mundo) .<me ha mandado a una cosa que se llama Otras Voces. Claro el tiene miedo, el teme a la Iglesia católica. Y yo los domingos los dedico de una manera especialmente cariñosa a la Iglesia católica, que es una hija de la gran puta, eso está clarísimo.

 

viernes, 13 de noviembre de 2020

 

LA ECONOMIA DESREGULADA

Para Keynes el freno al desarrollo económico y social no es la dificultad para desarrollar ideas nuevas, sino la dificultad de dejar las viejas.. Estas son  tres ideas:

1.      La primera , defensa de la desregulación financiera y libertad absoluta de los movimientos de capitales. Ello en base a que con las nuevas tecnologías los mercados tenían información suficiente para tomar decisiones eficientes., los Gobiernos no tenían que intervenir. El euro respondió a esa idea. La crisis financiera de 2008 destruyo esa creencia. El Estado tuvo que intervenir para salvar la economía. Todo el mundo se hizo de nuevo keynesiano.

2.      Segunda idea<. desregular el mercado de trabajo.. El Gobierno no tenia que regular las condiciones de contratación y el despido de los trabajadores, ni fijar siquiera el salario mínimo. De esta forma se fijarían los salarios en función de la productividad, todo quedaba a las fuerzas del mercado. El caso es que esa desregulación no trajo un aumento de salarios ni una eficaz distribución de la renta.

3.      Tercera idea.- Defensa del equilibrio presupuestario y una deuda publica baja cualesquiera que sean las circunstancias en que esté la economía. Avía que dejar en manos de los expertos y las instituciones independiente, bancos centrales, FMI. etc. las decisiones económicas.

El caso es que todo esto ha fracasado y estamos sumidos en una crisis desde el año 2008 y algunos creemos que el mercado no lo resuelve todo y que sin Estado fuerte no se podrán corregir las desigualdades y la justicia social.

madrid 14 de noviembre de 2020

 

martes, 21 de enero de 2020


LA FUERZA DEL ESTADO.

Locke.- El individuo no sería nada sin la colectividad que le precede.

Las riquezas de cada cual se deben a la existencia de un Estado que garantiza la propiedad y la seguridad jurídica que proporciona mano de obra preparada  que promueve la industria mediante aranceles que favorecen el desarrollo de sectores estratégicos o desgravaciones que favorecen las exportaciones etc.. Incluso podemos escrutar las desigualdades actuales en las herencias políticas recibidas. Sin el papel de un Estado secular no se explicaría ni la riqueza del señor Botín ni la de la Duquesa de Alba; no se entendería tampoco la industrialización catalana ni la madrileña ni la alemana; y tampoco se explicaría bien por qué el sur sigue siendo agrícola: no solo desde España, sino también desde la UE se ha potenciado fuertemente la agricultura con subsidios, para evitar que el tercer mundo exportase como primer paso a una industrialización que dañaría nuestro bienestar. (*)

 

Una perpetua minoría no sostiene reivindicaciones democráticamente legítimas si sus pretensiones no integran al resto de los ciudadanos. Todos aquellos que exigen un pacto fiscal, o un principio diferencial no pasan el filtro de la democracia. Pero en realidad ese hecho diferencial puede existir y debe ser tratado como tal, así el caso de Cataluña, o el Pais Vasco. Navarra se la trató siempre con una fiscalidad propia en sucesiones por ejemplo, también en Vitoria. Es lo que decía Ortega, ya que no puede ser de otra manera por lo menos esperar a conllevarnos bien. Y esa es la misión del gobierno, que tenga talante para que nadie salga del cauce.

 

Habermans apela a una “concepción dinámica de la constitución”. Cada generación tendrá que hacer suya la Constitución y deberá poder siempre revisarla para enmendar las aporías constitucionales, sin destruir todo la andado.

 

Tanto el autogobierno moral como el político deben promover la libertad del individuo, extender su emancipación, es decir ampliar la no-denominación.

 

En la sociedad civil las relaciones privadas moldean las relaciones inter- personales dando más poder a unos en disminución de otros: el proceso de acumulación de capital que hoy corre más simétrico que nunca a la depauperación de las clases medias, es una muestra más de esa dominación. Es una ley básica, quien más dinero atesora toma ventaja con respecto a quien tiene menos y lo acaba dominando, de una manera más o menos subrepticia.

La desigualdad económica ( a la que cabría sumar otras desigualdades de estatus, de capital social, capital cultural etc., aúpa a unos sobre otros, forjándose así relaciones de poder.

No se trata, por tanto, de que el Estado no intervenga, sino más bien de que no intervenga de forma arbitraria.